Un análisis de varios estudios de casos específicos en la región sugiere que la capacidad de sostener una política monetaria creíble depende del grado de vulnerabilidad de los países a las repercusiones de las paradas repentinas. A este respecto, hay cuatro aspectos de vital importancia que atenúan esas repercusiones. La apertura de la economía de modo que se produzca un aumento de la oferta de bienes transables reduce la disminución de la absorción de dichos bienes que normalmente acarrea una parada repentina. Reducir el nivel de endeudamiento asegura que la depreciación del tipo de cambio real sea menor. Disminuir los descalces cambiarios en la composición de la deuda en relación con la composición de la producción reduce la vulnerabilidad a los efectos de la valuación. Por último, también es preciso acometer la exposición a posibles contingencias fiscales, a fin de disminuir la vulnerabilidad de las cuentas fiscales, tales como los costosos rescates de bancos producto de los descalces cambiarios en el sector financiero.