El objetivo de este capítulo es caracterizar el acceso a la educación superior y al mercado laboral e identificar los determinantes de la transición desde la educación básica (grado noveno) a la educación media y a la educación superior. A partir de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), se encuentra que existe una relación positiva y creciente entre el ingreso y el nivel educativo. En adición, el acceso al mercado laboral aumenta cuando el nivel educativo es mayor. Se observa que los beneficios que reciben los individuos con educación media completa son apreciables, aunque son sustancialmente menores a los obtenidos con niveles educativos más altos. Los factores asociados al acceso a la educación superior se analizan con base en el Sistema Integrado de Matrícula (Simat) y al Sistema para la Prevención de la Deserción en educación superior (Spadies). Se encuentra que los estudiantes en extraedad y que pertenecen a los estratos socioeconómicos más bajos tienen menor probabilidad de permanencia en la educación media y menor probabilidad de acceso a la educación superior. Estos resultados se contrarrestan con las características de las sedes educativas y están relacionados con mayor calidad tales como la proporción de docentes de planta y sedes con grado undécimo. Asimismo, la oferta de cupos de educación superior se asocia positivamente con el acceso a este nivel educativo.