Durante los últimos años, el estado colombiano ha realizado grandes avances en la construcción de políticas y programas dirigidos a la población más pobre y vulnerable. Una de las grandes innovaciones ha sido el programa Familias en Acción, que consiste en la entrega de transferencias monetarias condicionadas a la participación del hogar en controles de crecimiento y desarrollo, y a la asistencia escolar de los niños de 7 a 17 años de edad. Después de un año y medio de ejecución, la evaluación de impacto del programa encontró resultados positivos en las tasas de asistencia escolar, la proporción de niños inscritos en los programas de crecimiento y desarrollo, y las medidas antropométricas de los niños beneficiarios. Sin embargo, la carencia de un análisis costo-beneficio impide determinar si esta intervención supera otros programas del Estado. Para aumentar en un estudiante la cobertura educativa de jóvenes de 12 a 17 años, se requiere atender a 8 jóvenes, lo que seguramente es más costoso que otros programas del Ministerio de Educación Nacional como Escuela Nueva. Así mismo, aunque este programa está dirigido a las familias más pobres, solo el 40% de los hogares beneficiarios pertenece al nivel 1 del SISBEN. Este estudio presenta la experiencia de Colombia en el diseño y puesta en marcha de una intervención como la que se viene desarrollando con Familias en Acción, sus fortalezas y debilidades, así como las recomendaciones para mejorar su impacto.