En 2011, Colombia incluyó los desembolsos a terceros dentro de la base gravable a los movimientos financieros (o 4x1000), incrementando así los costos de los créditos de muy corto plazo con relación a los de muy largo plazo. Las firmas respondieron con una disminución en los créditos de corto plazo para solventar problemas de liquidez y con un aumento en el uso del efectivo y las cuentas por pagar. En industrias en donde las cuentas por pagar son más comunes se encuentra una sustitución por las mismas con poco efecto en el efectivo o inversión. Caso contrario a lo observado en industrias con menos uso de las cuentas por pagar. Es así como las cuentas por pagar ofrecen una fuente de liquidez sustituta frente a choques a la provisión de liquidez de los bancos.