Si bien a lo largo del desarrollo de la teoría económica no ha existido un consenso general sobre los efectos de la inflación sobre la economía, a partir de la década de los setenta, los economistas han coincidido en que más que beneficios, la inflación en el largo plazo tiene costos para la economía y en general para la sociedad (contrato a la visión que hasta esta década sostenía la teoría keynesiana). En la actualidad existe una política común a muchos países (desarrollados o en desarrollo) para reducir la inflación. Como Colombia no ha sido una excepción en la implementación de estas políticas anti-inflacionarias, surge la pregunta de qué tan beneficioso resulta para la sociedad colombiana (por lo menos desde el punto de vista económico) reducir la inflación de sus niveles actuales (alrededor del 20% anual 9 a niveles de un dígito, más aceptables desde el punto de vista de los economistas. De ahí la importancia de evaluar los costos que para la sociedad colombiana significa soportar una inflación con los niveles actuales. Desafortunadamente, en este trabajo no se apunta a los costos de corto plazo que se presentan durante el proceso de transición de una economía con inflación moderada a una inflación baja (2) y mucho menos, es la forma para lograrlo. La pregunta que tratamos de responder aquí es simplemente: ¿Cuánto pierden los colombianos anualmente (y en largo plazo) en términos de bienestar por tolerar una inflación como la actual? Este trabajo se divide en cinco secciones y un apéndice: En la segunda, exponemos algunos costos que la literatura económica ha identificado de la inflación. En la tercera, presentamos dos modelos que racionalizan estos costos, principalmente los relacionados con la pérdida del poder adquisitivo del dinero y los costos de transacción. En la cuarta, hacemos algunos comentarios sobre otros estudios hechos para Colombia que apuntan hacia el mismo problema considerado aquí. La última sección concluye y el apéndice intenta "justificar" los cálculos presentados. (2) Como por ejemplo el aumento "transitorio" del desempleo.