Explotando las variaciones espaciales y temporales en el numero de bienes incautados a las organizaciones criminales, se estiman modelos de efectos fijos regionales del aumento en el númerode propiedades confiscadas sobre las principales tasas de crimen. En Colombia, desde finales de 2002 las estrategias de seguridad cambiaron, y como resultado, los efectos sobre los delitos resultaron significativos y negativos. Por un lado hubo una reducción en los delitos cometidos por el crimen organizado, incluyendo la guerrilla, los paramilitares y los narcotraficantes, pero por el otro, los delitos cometidos por criminales comunes no parecen haberse reducido en la misma magnitud.