En el contexto de una democracia precaria en el nivel local, este artículo demuestra que si el concejo está controlado mayoritariamente por concejales que promueven agendas políticas con las cuales se busca que los individuos económicamente más solventes y políticamente más fuertes tengan una mayor y mejor participación en la provisión pública de bienes y servicios, esta representación es inestable una vez el concejo favorece en el proceso de negociación política única y exclusivamente los sobornos que reciba del alcalde a cambio de no imponer su veto sobre la agenda política propuesta; i.e., la representación mayoritaria que los individuos mejor situados en la economía municipal logran en el concejo, antes que favorecerles en algún grado, solo promueve la instauración de un equilibrio políticamente estable de un estado depredador en el nivel local.