La deflación colombiana (32%) fue la más alta de América Latina y la caída del PIB (2.4%) la más baja, durante los años críticos de la Gran Depresión. La pregunta es entonces: ¿funcionó el patrón oro? Parcialmente si pues el banco no fue del todo ortodoxo con respecto al cumplimiento de las reglas que ese patrón supone. Los cambios en los activos domésticos no tuvieron la misma dirección que los de las reservas de oro. Esta falla que involuntaria e inconsciente pero cabe suponer que si no fuera por ella la deflación podría haber sido mayor. La base monetaria, cuyas fuentes son las reservas internacionales y los activos domésticos, determinó la dinámica de la oferta monetaria. Sin embargo, operó un cambio en su composición. Los activos domésticos explicaron las variaciones monetarias durante y después de la crisis pero no en el periodo de precrisis cuando el liderazgo lo ejercieron las reservas internacionales. Entre los activos domésticos, fueron los créditos al gobierno los que ganaron importancia después del establecimiento del Control de Cambios, en octubre de 1931, a costa del crédito al sector bancario privado. A partir de este año también se hace evidente la separación del Banco de la Repablica de los preceptos del patrón oro.