El estudio tiene como objetivo medir el impacto de la Ley 789 de 2002 sobre la estabilidad laboral, el desempleo y la formalización de las relaciones laborales. Utilizando un análisis de supervivencia se encontró que la duración del desempleo cae fuertemente entre 2004 y 2002. Parte de este efecto se debe a la reforma laboral que entró en vigencia en abril de 2003. Así mismo, la probabilidad de encontrar empleo en el sector formal se incrementó cerca de 6% como consecuencia de la reforma. Por consiguiente, se puede afirmar que los cambios en la legislación laboral ayudaron a formalizar la economía y a mejorar la calidad del empleo. Por otro lado, se encontró que la duración del empleo aumenta en aquellos sectores donde se esperaban fuertes impactos de la reforma, y lo más posible es que estos efectos aumenten en el largo plazo.